Cuando sea grande…

…quiero ser “escritora”. Así respondía: “quiero ser escritora”. Llegué a creer / querer con tanto afán, que una tarde en la casa de una de mis tías, seduje a mi prima a que “hiciéramos libritos”. Intenté inventar una historia (y lo logré), dibujé un par de escenas y armé un pequeño y simpático libro de cartón con dibujos “reales” y sin derechos de autor, que se titulaba: “la vaca que quería ir a la Luna”. Claro, para tener 8 años y una basta imaginación, el libro prometía un best seller para mi generación. Obviamente que esa idea no se me pasó por la cabeza, pero con la emoción y el orgullo que sentía por mi creación, pudiera haberse equiparado. No me cansé de mostrárselo a mi familia, y de leerlo, pero sobre todo de mirarlo una y otra vez. Creo que después del episodio, mi idea de ser escritora desapareció. Preferí (parece al menos) quedarme con el dibujo de la vaca Margarita (así se llamaba la afortunada en salir del planeta Tierra) que continuar ideando sus aventuras...